
La Campaña YO ME AMO llega a México y su propuesta es generar amor propio, prosperidad y abundancia.

Dos obras hermanas con una misma intención
“El cuerpo es la casa del espíritu y del alma; el cuerpo es la iglesia del amor propio.”
La Iglesia del Amor Propio
Esta obra es un proyecto artístico multidisciplinario que une performance, happening y arte conceptual con prácticas espirituales y de sanación. Se manifiesta como una “iglesia” poética y callejera que toma elementos de la evangelización popular para transformarlos en un acto de amor propio, autoconocimiento y cuidado colectivo.
La Iglesia del Amor Propio se activa como acción pública y espiritual que ofrece herramientas cotidianas para cultivar la presencia, la salud mental, la abundancia, y la prosperidad.
Desde el altar ambulante, la artista predica:
“Reconoce la divinidad que hay en ti.”




Las Propuestas de La Iglesia del Amor Propio
La artista comparte un conjunto de 17 principios o “propuestas” que funcionan como prácticas cotidianas de transformación. Estas herramientas están inspiradas en procesos de sanación personal, espiritualidad terrenal, y reprogramación cerebral a través de la gratitud y la intención.
Las 17 Propuestas:
- Agradece 10 cosas diarias.
- Protege a la madre tierra como nuestro primer y único hogar.
- Libera intencionadamente al cuerpo con ejercicio o danza al menos una vez por semana.
- Evita el juicio hacia ti y hacia otros.
- RESPIRA: alivia el cuerpo, alivia todo.
- Recibe y acepta los elogios y muestras de amor.
- Celebra lo bueno.
- Haz sonreír a alguien a diario (puedes ser tú misma).
- Elógiate y apapáchate cuando lo mereces.
- Hazte responsable de tus privilegios.
- Cuida de ti para cuidar mejor de los demás.
- Ámate como nadie te ha amado.
- Cohabita y respeta a quienes luchan por la paz y el planeta.
- Respeta las creencias de otres y espera respeto.
- Perdónate: siempre hiciste lo mejor que podías.
- Vive sabiendo que la divinidad habita en ti.
- Pon tus manos o pies sobre la tierra y conéctate.
Oración a la Madre Tierra
(como ofrenda)
Madre nuestra, tú eres la tierra.
Santificada seas, anciana.
Haz de nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad así en los mares como en los cielos.
Danos hoy las frutas de cada día.
Perdona nuestras ofensas y descuidos, así como nosotros perdonamos.
Guíanos con nuestra intuición y mantenos en la luz divina de la creación.
Amor, amor, amor.
La ofrenda y el perdón a uno mismo
Ofrendas naturales: danza, oración, sangre menstrual, incienso, conchas, frutas.
Ofrendas urbanas: danza, incienso, y presencia espiritual.
Estas ofrendas conectan lo espiritual con lo cotidiano. La artista propone actos de amor hacia una misma como formas de arte y supervivencia.




CAMPAÑA
YO ME AMO

La campaña visual de YO ME AMO utiliza el formato de merchandising como herramienta conceptual y artística. Por ejemplo, el uso de un billete de $100 — representando prosperidad y abundancia — se convierte en objeto cotidiano de reprogramación visual.
Se utilizan herramientas de campaña visual como objetos impresos, letreros y materiales promocionales que se colocan estratégicamente en el entorno diario. Así, al verlos constantemente, se activa la ley de atracción y se genera un proceso de reprogramación cerebral.
Esta dimensión del proyecto funciona como instalación, happening y práctica de neuroplasticidad cotidiana.













La iglesia del amor propio es arte como religión, arte como herramienta de supervivencia, arte como reconocimiento de nuestras luz interior, arte como acto de rebelion en pro del amor.
El proyecto nace de un proceso personal de sanación. Luego de 16 años sin medicación, la artista utiliza el arte como ancla de transformación. Combina herramientas como reiki, danza chamánica, clown humanitario, lectura de registros akáshicos, superación de traumas, barras de access y fitzmaurice voicework para crear una propuesta viva que trabaja desde el cuerpo y el espíritu.
Después de la pandemia, la artista elige crear obras con propuestas afirmativas, que invitan a la gratitud, la armonía y el cuidado del entorno. Su búsqueda se orienta a soluciones, no solo a denuncias.
La repetición diaria de palabras e imágenes de poder reentrena la mente. Agradecer, moverse, perdonar, respetar: son actos que, hechos con constancia, reprograman nuestras conexiones neuronales, ejercitan la fluidez y la presencia de manera espiritual y cotidiana.
“Reconocer la divinidad en cada quien, reconocerte y reconocernos en el otr@. Así nacen estas obras hermanas que usan herramientas de la cotidianidad como lo son los dogmas de la fe y las campañas promocionales para promover con la ley de atracción, la abundancia y la prosperidad, además del amor propio.
-Susana González Revilla-
